Miro y no hay lugar más lejos que el cielo, no hay quien alcance el oído supremo...
Ni siquiera la desconfianza de creer que el amor se aleja y nos olvida
Uno esta que asciende a la cima a modo de halcón pero aún así el poema naufraga.
Una centella es la oración de fe, no son necesarias las minuciosas palabras que
tratan de escudriñar el idioma para conmover.
Pero “Dios no es hombre ni hijo de hombre” para conmoverse con oraciones ilustrada.
él prefiere un corazón blanco.
SANTOAMOR
viernes, 14 de agosto de 2009
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